El día que HP Indigo me convirtió en chocolatero
Hace poco más de un año, fui invitado al HP Indigo VIP Media Experience 2018, que se llevó a cabo en Israel. Durante el evento, junto a los mas importantes periodistas y medios gráficos del mundo, pude visitar las instalaciones de HP en Kiryat Gat.
Allí, estuve presente en conferencias y presentaciones con altos ejecutivos de HP Indigo, y con destacados clientes y expertos de la marca en todo el mundo. En la agenda de actividades, pude conocer el portafolio de soluciones de HP Indigo, así como visitar sus plantas de manufactura de prensas y tintas, y por supuesto, ver un sinfín de aplicaciones para los segmentos de etiquetas, textil, impresión comercial, empaque flexible y cartón plegadizo.
Entre los más de 700 invitados, provenientes de 54 países, muchos coincidían que estar en ese evento era como una especie de “Disneyland” para los impresores. Destacadas etiquetas para vinos, catálogos impresos con tintas fluorescentes, etiquetas con colores especiales, libros con realidad aumentada, y miles de proyectos asombrosos que estuvieron en anaqueles en alguna parte del mundo, fueron parte del espacio de exhibición que se montó.
Entre los impresos y muestras que recibí, hubo uno que particularmente me encantó. Se trataba de un cuento personalizado, en el que el protagonista, un chocolatero llamado “Guillermo”, (como yo), se enfrentaba al reto que le representaba una gran tienda que se colocaba justo en su misma calle.
El relato habla de sus desventuras, de sus retos, y de cómo haciendo uso de la impresión, fue capaz de sacar su negocio a flote por medio de nuevos empaques, nueva señalización en su tienda, la impresión de libros personalizados, etc.
El cuento, impreso impecablemente a todo color, es una muestra de cómo una historia, cuando es personalizada, genera un impacto positivo y único en el usuario final. Son las ventajas que brinda al día de hoy la tecnología digital. El impreso se vuelve un objeto entrañable. Comúnmente en las noches, mi hija aún me pide que le lea el cuento del “Chocolatero Guillermo”. Así pues, en un papel, quedó plasmado para siempre, el día en que me convertí en un hábil chocolatero.
Por Guillermo Arroyo
Director de Papiro Media